El 23 de Marzo de 2003 se inicia la invasión militar de Irak con el nombre “Operación Libertad”, liderada por el conocido como trío de las Azores; George W. Bush, Tony Blair y José Maria Aznar. Esta campaña forma parte de la cruzada contra el terrorismo islámico iniciada por Estados Unidos a raíz de los atentados del 11-S de 2001. Esos atentados son el único golpe que ha sufrido Estados Unidos en su propio territorio y los que dejaron al mundo perplejo durante varias semanas.
Estados Unidos encontraba un nuevo enemigo en el mundo del terrorismo islámico y dividía el mundo en dos; los que estaban a favor de Estados Unidos y los que estaban en contra. No cabía un término medio, era una lucha por la libertad o en contra de ella. Esta situación recuerda a la vivida durante la guerra fría, con la diferencia que el enemigo, en esta ocasión no está claramente definido, es algo impreciso ya que el monopolio del terrorismo islamista no corresponde a ningún país.
El primero en sufrir las consecuencias de esta lucha contra el terrorismo fue Afganistán y sus dirigentes talibanes (armados por Estados Unidos durante su guerra contra la URSS, en un acto que entra plenamente dentro de la lógica de guerra fría). Posteriormente en 2003 sería el turno de Irak y de las armas de destrucción masiva –que todavía en 2008 siguen sin aparecer- de Sadam Husein. Esta era la justificación que Estados Unidos usaba delante del mundo para iniciar sus acciones bélicas. El fin último era garantizar la seguridad y proteger la libertad del mundo, cuanto menos del llamado “mundo libre”.
La guerra de Irak comenzó en medio de una gran polémica. El mundo entero estaba contra la guerra. Grandes protestas y manifestaciones alrededor del planeta contra el ataque a Irak, des de Japón, hasta New York, París, Londres…España entera se volcó en estas protestas –el 15 de Febrero de 2003 en Barcelona se manifestaron mas de 1.000.000 de personas bajo el lema “No a la guerra”- y más del 90% de la población era contraria a la intervención bélica. Quizás haya sido la guerra que más protestas ha levantado en todo el mundo (junto con la de Vietnam) y es que nadie se creía las justificaciones que se esgrimían para iniciarla.
A mediados de Marzo de 2003 tubo lugar la cumbre de las Azores, donde Estados Unidos, Gran Bretaña y España trazaron las líneas básicas a seguir para la invasión de Irak que se iniciaría el día 23 del mismo mes.
La campaña “Operación Libertad” duró apenas tres semanas y fue culminada con el apoteósico, y cargado de simbolismo, derrumbamiento de la estatua del dictador Sadam Husein, que a parte de esconder armas de destrucción masiva, que ponían en peligro a todo el “mundo libre”, era también uno de los que financiaba y entrenaba a los terroristas islámicos radicales del malvado y demonizado, hasta limites insospechados por los medios de comunicación, Osama Bin Laden.
Pero no fue durante la guerra cuando Estados Unidos encontró resistencia a su, aparentemente, imparable avance contra el régimen dictado des de Bagdad, y es que en esas tres semanas tubo pocas complicaciones. La guerra se declaró como ganada y entonces fue cuando se inició la autentica ola de violencia contra los militares de la coalición encabezada por Estados Unidos. Una guerra de guerrillas en las calles de Bagdad y las principales ciudades iraquís. La resistencia era consciente de sus limitaciones en una guerra abierta contra el todopoderoso ejército de los Estados Unidos y también de su falta de medios, así que lo que fue una “guerra placida y triunfal” se convirtió en un constante gotear de atentados, tiroteos y ataques contra las posiciones invasoras y los intereses occidentales en el país. La parte mas aterradora y que mas impacto causó entre la opinión pública occidental fue el secuestro de diversos periodistas y cooperantes a manos de estos grupos insurgentes y radicales. El primer secuestro que levanto el interés del gran público acabo con un video donde los terroristas leían un comunicado y acto seguido decapitaban a un periodista occidental.
A día de hoy Irak vive sumido en un permanente conflicto de “semi-guerra civil” (admitir que es una guerra civil a todas luces es admitir el fracaso completo de las operaciones en Irak), donde día a día se suceden los muertos, y es que lo que fue una intervención para liberar al pueblo iraquí ha dejado una situación incluso peor de la que había.
Los países que han participado en esta intervención han sufrido las consecuencias en sus propias carnes. Estados Unidos vio como las torres gemelas caían el 11 de Setiembre de 2001 (lo que daría lugar a esta cruzada contra el “eje del mal”), pero también España el 11 de Marzo de 2004 sufrió el atentado de Atocha y el 7 de Julio de 2005 el metro de Londres y la ciudad entera quedaron colapsados por nuevos atentados.
Una de las reflexiones que cabe hacerse es ¿Qué se esconde detrás de estas intervenciones militares en Afganistán e Irak? De sobras está comprobado que uno de los mejores negocios que se puede hacer hoy en día es la reconstrucción de un país entero que por ejemplo, y quizás no sea este el caso, haya sufrido una guerra. Y quizás tampoco sea este al caso de una guerra para intentar controlar las fuentes de petróleo, que casualmente son muy abundantes en ambos países. Quizás es mejor pensar que esta ha sido una guerra por la libertad y la seguridad del mundo y que tras de ella no se esconde nada más. Mas vale cerrar los ojos ante estas situaciones, que aunque nos parezcan horribles, benefician nuestra forma de vida “libre”, o si mas no, la sostienen un poco mas en el tiempo…o no?>
lacontraportada,2008